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Quiero empezar estas líneas mostrando mi profundo agradecimiento a todos los que apoyaron mi candidatura en la primera vuelta de las elecciones al Rectorado de la Universidad de Málaga. Nuestro proyecto, construido desde la ilusión, el diálogo y el compromiso para afrontar los retos y problemas que tiene la UMA, recibió 2.668 votos de la comunidad universitaria, logrando el 14,9% de los apoyos.

Gracias a todos los que nos votaron y también a quienes no lo hicieron, pero escucharon nuestras propuestas y comparten nuestras inquietudes y sueños para una mejor Universidad de Málaga. Nuestra candidatura, y aprovecho para expresar mi gratitud a todos los miembros de mi equipo de las diferentes Facultades, servicios, y centros universitarios, ha sido integradora y desde luego inconformista. No nos conformamos con que la UMA siga igual que hasta ahora. Queremos una UMA mucho mejor.

Cuando me propuse ser rectora, mi principal motivación fue impulsar mejoras para la UMA. Y mi compromiso sigue intacto. Ahora, al igual que el resto de la comunidad universitaria, he de tomar una decisión sobre qué opción apoyaré el 12 de diciembre. Es una decisión difícil que merece ser meditada.

Los miembros de la comunidad universitaria tenemos derecho a conocer ambos programas y a reflexionar. Se agradecería poder tomar una decisión tan importante, que va a marcar el rumbo de nuestra UMA, con diálogo constructivo y sin presiones. Sin embargo, el clima ha sido muy tenso desde los últimos días de campaña y no ha parado tras las elecciones del pasado día 1.

Si antes de presentarme estaba convencida de que era necesario un cambio, tras lo vivido en el proceso electoral, lo creo con mayor firmeza. Con el objetivo de desacreditar mi candidatura, primero, y de condicionar mi decisión de cara a la segunda vuelta, después, he recibido ataques y falsas acusaciones tanto personales como profesionales y se ha acosado y criticado a mi familia -lo cual resulta intolerable en el caso de mi hija, estudiante-.

Me preocupa además que se haya tratado de silenciar cualquier tipo de debate y diálogo entre la comunidad universitaria en esta segunda vuelta, absolutamente condicionada por el puente festivo de diciembre. Me consta que se ha llegado a echar a alumnos de nuestros centros por hablar con otros alumnos sobre la Universidad que deseamos. La Universidad de Málaga tiene que ser mejor que eso. Debe ser mejor que eso. Porque se trata de edificios públicos y de derechos fundamentales. Por mucho que nos encontremos fuera de la campaña, no se pueden recortar derechos constitucionales como la libertad de expresión o el derecho de reunión.

Una institución académica como la Universidad de Málaga debe ser cuna del diálogo, el debate, la transparencia y la libertad. Me preocupa que en estos días en que celebramos el 45 aniversario de la Constitución haya personas en puestos de responsabilidad que no tengan eso claro.

Cuando veo qué propósitos están detrás de estos comportamientos inaceptables, poco democráticos e incluso totalitarios, me pregunto si, independientemente de las propuestas de su programa, ésas son las personas que queremos tener al frente de nuestra UMA los próximos años.

En cualquier caso, he hablado con los dos candidatos que han pasado a segunda vuelta, he prestado atención a sus programas, y hemos debatido sobre el futuro que queremos para la UMA. A ambos les he transmitido las preocupaciones respecto a la necesidad de que nuestra UMA tenga un modelo de gobernanza más abierto, transparente y participativo, capaz de afrontar una situación de déficit para lograr el necesario equilibrio presupuestario.

Analizando los compromisos adquiridos por Ernesto Pimentel, veo una persona con valores, que se ha mostrado dispuesto a implantar los cambios necesarios y que se ha comprometido en un decálogo en el cual se incluyen la mayoría de las propuestas que yo misma diseñé con tanta ilusión para gobernar la UMA y que presenté durante la primera vuelta.

Considero, por tanto, que la candidatura de Ernesto Pimentel es la que más converge con mi propio programa, y siento que, aunque no haya conseguido suficientes apoyos para llevarlo a cabo, confío en que se pueda poner en marcha a través de Ernesto Pimentel.

Por ello, tras este periodo de reflexión y análisis, quiero comunicar que el próximo martes día 12 apoyaré a Ernesto Pimentel, y es lo que recomiendo a todos los miembros de la comunidad universitaria.

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